jueves, 31 de julio de 2008

VIVIR AQUÍ Y AHORA

POR: Pío Cueva M.

Algunos de los problemas más conflictivos y graves que enfrentan las personas en la vida diaria, son causados por su propia actitud mental equivocada, por ese incesante flujo de pensamientos compulsivos e inarmoniosos, recuerdo de un pasado que ya no existe y excesivas preocupaciones por el futuro que no ha llegado todavía.

Los conflictos que crea la mente para sobrevivir, requieren de tiempo pasado y futuro, pero no pueden vivir en la realidad del ahora. Debemos vivir el momento presente que es el único que existe y aceptar lo que es, para no llenarnos de resistencia a la vida; mientras la mente permanezca anclada en el pasado o esté permanentemente proyectada hacia el futuro, el ser humano deja de vivir la realidad del ahora y de ser consciente del momento presente, permaneciendo atado al pasado o al futuro. Hacer morir el pasado cada instante, no recordarlo, sepultarlo y sentirse agradecido por el momento presente, por la vida, es absolutamente necesario.
La aceptación plena del ahora, proporciona buena salud física y mental para el cuerpo y el alma. En el ahora no hay problemas, tampoco enfermedades ni dolor, es un bálsamo curativo, vivir en el aquí y ahora a plena conciencia, libera del pasado.

Cuando las dificultades y problemas permanecen y el sufrimiento es una constante en la vida, la aceptación del ahora mitiga el dolor, sana el cuerpo y el alma y proporciona fortaleza para enfrentar de mejor manera los problemas de la existencia. Aceptar este momento, es hacer del presente un aliado, no ser esclavo del pasado ni del futuro, es no crear más dolor ni sufrimiento innecesarios, es permanecer en ese estado intemporal libre de la esclavitud de la mente, lleno de intensa presencia consciente.

El dolor que se crea incesantemente, proviene de la falta de aceptación del presente que es una resistencia inconsciente a dejarse llenar de lo espiritual, de lo divino. El dolor acumulado del pasado que se conserva en la mente; es energía negativa que enferma el cuerpo y el alma y causa sufrimiento. El dolor se alimenta de manera inconsciente de más dolor; sin embargo cuando se reconoce que la raíz de la inconciencia que genera sufrimiento y dolor, está en la identificación con la mente, con las emociones y pensamientos negativos, deseos insatisfechos, reacciones y aversiones, se puede salir de ella si se desea, lamentablemente es este estado ordinario de inconsciencia se encuentra la mayoría de los seres humanos, existiendo siempre el peligro latente de que ésta pueda transformarse en inconsciencia profunda, si el sufrimiento, la desdicha y la ignorancia, alcanzan sus más altos niveles. Para salir de la inconsciencia, es necesario centrar la atención en el presente, entonces desaparecen los problemas y el miedo y se experimenta profunda quietud y paz, lo cual no puede entenderlo la mente. Compadecerse a si mismo quejarse, contar nuestro dolor a los demás, no perdonarse a si mismo ni a los demás, mantiene a las personas atrapadas en el sufrimiento y en la inconsciencia. La identificación de la mente con el pasado muerto, los pensamientos equivocados mantenidos en ella de manera permanente, atrae y manifiesta el sufrimiento y las enfermedades mentales y físicas.

Solamente accediendo al poder del ahora, ese poder grande y curativo que regenera y restaura la salud física y psíquica de las personas, observando los pensamientos y sentimientos, no identificándose con ellos ni dejándose arrastrar de manera inconsciente, eliminando los recuerdos dolorosos del pasado, dejando de hacer castillos en el aire y aceptando las cosas tales como son, se mejora la vida. No es un proceso fácil, entraña responsabilidad y sacrificio, como todo en la vida hay un costo que pagar; pero es perfectamente posible.

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