martes, 5 de agosto de 2008

JESUS Y UDRAKA

Por Pío Cueva M.
Cuenta el evangelio acuario, que Jesús y su amigo Lamas cruzaron las regiones de Asia en la cuenca del río Ganges, llegaron a la ciudad de Benares y se quedaron algún tiempo en ella. Aquí Jesús conoció a Udraka un maestro auto realizado en Dios (Sanador Hindú) y se interesó por sus conocimientos de medicina ayurvedica.

Udraka dijo a Jesús: El que vive según las leyes de la naturaleza que son leyes de salud, nunca enferma, la trasgresión de estas leyes naturales es el pecado y el que los trasgrede enferma, por el contrario el que obedece estas leyes y está siempre en armonía consigo mismo y con los demás, está siempre sano.

La armonía con el ser interno da salud y aleja la enfermedad. El bienestar y la salud vienen de Dios y están a disposición del hombre y el mal viene del hombre, cuando lo prefiere al bien.

“El cuerpo es como un clavicordio y cuando sus cuerdas están demasiado flojas o demasiado tensas, el instrumento se desafina y el hombre enferma”. Las enfermedades provienen de los desórdenes, excesos y adicciones. En la manifestación física de las enfermedades (efecto), está siempre implícita una causa de naturaleza más sutil, es una ley invariable de la naturaleza. El remedio para el clavicordio desafinado, debe buscarse en la naturaleza y en sí mismo; siempre existe una cura para cualquier mal; sin embargo el remedio supremo para curar los males es la voluntad para aflojar las cuerdas tensas o tensar las que estén demasiado flojas.

Hay muchas cosas que hacen que el hombre enferme y muchas otras que pueden curarlo: una hierba, un trago de agua dado a alguien, el aire puro de una montaña, una brasa de fuego, un pedazo de tierra (lodo), el agua fresca de un riachuelo, permanecer en silencio (meditación), imposición de manos, el aliento; sin embargo el pensamiento saturado de amor es la energía curativa más grande.

Cuando el hombre llega a conocer a Dios y a tener fe en sí mismo, puede manifestar de manera externa ese poder; entonces la palabra luminosa del verbo divino que emana de su inteligencia, se convierte en bálsamo curativo y remedio para todas las enfermedades. Los pensamientos manifestados con la fuerza de una inteligencia y conciencia puras tienen poder curativo. Todo lo que existe es mente, una manifestación física del pensamiento divino y el hombre tiene en sí el poder de hacer a otros el bien si así lo desea. El que cura es un hombre que inspira fe y tu podrías hacerlo, tu palabra es como bálsamo para las almas y puedes curar las heridas y males de la vida.

Los mahatmas (almas grandes), están llenos de fortaleza interna y pueden penetrar las almas de los demás hombres, llenando de esperanza a quien la hayan perdido o no la tenga, a aquellos que han perdido la fe en Dios y la confianza en sí mismos.

Esto y otras cosas dijo Udraka a Jesús, que reconoció la inmensa sabiduría de ese gran maestro iluminado, lo reverencio en el interior de su corazón y continuó su camino.

lunes, 4 de agosto de 2008

COMPOSICIÓN SÉPTUPLE DEL SER HUMANO

Por: Pío Cueva M.

El ser humano, está constituido por siete “cuerpos” que coexisten simultáneamente ellos son: físico, etéreo, astral, mental, espiritual, cósmico y nirvánico, que se manifiestan en diferentes planos de la EXISTENCIA cada vez más sutiles. El hombre común desconoce las potencialidades de su ser interno, únicamente cuando se vuelva hacia adentro y se torne meditativo. consciente y amoroso, podrá conocer la verdadera naturaleza de su ser interior. Por lo tanto debe ser en primer lugar consciente de su propio cuerpo físico, observando de manera permanente las acciones que ejecuta el mismo, solamente así podrá tener consciencia del “cuerpo” etéreo, en el que surgen las emociones de odio, sufrimiento, dolor, impaciencia, placer, dicha, etc.

El cuerpo etéreo, puede abandonar el cuerpo físico durante el sueño y estar en el mundo etéreo, los mantras y los perfumes son algunas de las técnicas utilizadas en la meditación que provocan sueños y visiones etéreas.

En el “cuerpo” astral, cuya manifestación es el mundo astral, las emociones se presentan de manera más sutil todavía. Se va logrando la conciencia de este cuerpo, cuando se observa las emociones que se producen. Cuando se va entendiendo, a través de la meditación estos procesos, se conoce únicamente viendo a una persona la clase de vibraciones positivas o negativas que posee. En los sueños astrales conocidos como desdoblamientos, se puede recordar las vidas pasadas, debido a que el cuerpo astral traspasa la barrera del tiempo hacia el pasado; en cambio en el cuerpo etéreo “se viaja” en el espacio pero no en el tiempo.

La moderna física cuántica, en los últimos años, ha descubierto que la materia no existe, que todo es energía vibrando a diferentes velocidades. La energía no se puede ver, pero si observar sus efectos. La materia es una forma densa de la energía y por eso puede ser vista.

El cuarto “cuerpo” es el mental, tiene un doble comportamiento, a veces como onda y otra como partícula. Para quienes están familiarizados con la física cuántica, es evidente que la incertidumbre en el comportamiento dual de la última división del átomo, que ha descubierto la ciencia moderna, ha abierto la posibilidad cierta de que exista conciencia (energía inteligente) en la última división de la “materia”. Así la ciencia sin proponérselo, está sirviendo como puente de enlace entre lo material y lo espiritual. Las palabras son pensamientos manifestados, las ondas de pensamientos (energía en acción), afectan y transforman la materia y pueden conservarse (energía en acción) en la memoria de la naturaleza (akasha), por el principio de conservación de la energía,.

El “cuerpo” espiritual es el quinto elemento constitutivo del ser humano. La energía vibratoria del “cuerpo” espiritual, es la forma más sutil de energía.

El “cuerpo” cósmico, tiene su mundo de manifestación en el cosmos, atraviesa fácilmente el límite que separa lo mental de lo material, lo consciente de lo inconsciente, trasciende el individuo y la conciencia, lo espacial y lo temporal. En el plano de conciencia cósmica los sabios orientales, han conocido diferentes teorías sobre maya, el universo mental, la perfecta unidad en la diversidad, el todo infinito, etc.

El grado de conciencia del “cuerpo” nirvánico permite el salto del todo a la nada como experiencia consciente, en el no hay formas ni símbolos, los sueños son totales y parecen eternos.

Algunas verdades espirituales que la ciencia no entiende le parecen locura, es deseable que estas verdades que son conocidas por pocos y experimentadas solo por unos cuantos estén a la altura del conocimiento de la ciencia.